Dios aprieta pero no ahorca.
ESCENAS DE UN AMOR QUE AÚN NO ENTIENDO.
Este texto se construye a base de memorias negadas y anécdotas incómodas.
Dicho esto, nos deslindamos de la responsabilidad de que las escenas no sean lineales.
Pues el silencio y los secretos en virtud de la paz familiar complementaran las lagunas anecdóticas.
A partir de ello puede usted tener la certeza de que:
Ignoramos la poética de un tal Aristóteles y evitamos las referencias de un tal Lehmann.
Pues como mencionamos, no es culpa nuestra la estructura del texto.
Sólo construimos a partir del único realismo que conocemos:
El realismo del olvido.
El realismo de las historias editadas de comedor.
El realismo del Alzheimer voluntario.
Sí, este texto está incompleto.
Y ofrecemos una disculpa.
En verdad, ofrecemos una sincera disculpa.
Nos justificaremos diciendo que la culpa es de los espectadores vivos que ayudaron a construir esta dramaturgia.
Esta dramaturgia que no es biodrama, sólo es dramaturgia a costa de los recuerdos de otros.
Una dramaturgia inconexa.
De la cual, reiteramos, debemos disculpas.
Y alertamos que esta ficción, es más ficción que las blandas historias contadas después de un entierro.